la verdad si me tardé un ratín en publicar este post, pero es necesario, o al menos algunos puntos que vale la pena recordar. Seré breve porque tengo un
poco de flojera.
El buen Eloy nos informó súbitamente que podíamos pasar un fin de semana en el Hotel Misión Guanajuato gracias ahí a los conectes de su jefazo. Hacíamos llamadas para ver quién podía, pero por azares del destino, desidia,
sagronez y enfermedad casi nadie pudo, sólo fuimos Eloy, Funky, Pichi (ocultaremos su nombre bajo su apodo) y una servilleta.
La ida en camión de lo más normal, aunque la mamá de Eloy y Adrián creían que se iba 4 años al Congo, se despidieron de ellos como su nunca los volvieran a ver, yo llegué solo como pude a la terminal. Por desgracia no había aún descuento de estudiantes y nos cobraron enterito el boleto, ni modo. El |*1|\|(|-|3 viaje duró como 3 horas, pasando por Celaya e Irapuato, lo bueno es que como el camión estaba medianamente cómodo, fue pasable. Por si fuera poco, ese día era el partido de México y Angola, y pues con el gran tráfico que había, estimanos llegar en el medio tiempo, y acertamos.
Ya llegamos al hotel, Eloy vio lo de los cuartos y fuimos a comer. Ahí empezaba una serie de eventos desafortunados. Nos sentamos en la mejor mesa para ver el juego, y empieza caer lo que se dice una
granizada. Se fue la luz y no vimos como 10 angustiosos minutos del partido, nos evitábamos la tortura de ver lo verdaderamente mal que jugaban esos
los verdecitos del partido. El plan era llegar a allá a esa Ciudad que parece un centro histórico gigante a celebrar la victoria de México en el pachangón en le centro, pero nos aguaron la fiesta.
Esa tarde nos hicimos weyes en el centro. Yo conocí un poco porque nunca había ido, ví todo eso del callejón del beso (de lejitos) donde un amigo con cara y pinta de changoleón nos dijo
en corto que "nos rentaba unas chamacas para un beso." ¿Chale, tan urgidos nos veíamos?
El la noche fuimos a la callejoneada de la estudiantina. Los weyes eran de lo más chistosos, y cantaban rolas que con verguenza digo que no conocía. Sacaban a bailar a gringas, contaban chistes, cantaban, pero lo mejor fue que al inicio invitaron a una viejita que vendía chicles en la esquina, de aspecto notoriamente indígena y de escasos recursos, a bailar de manera
sexy. Bailaba chistosísimo, y amenazaba con dar besos si no le dabas una moneda, ahí es cuando todos sacamos el varo!!
Saliendo, nos recomendaron un "antro" (gachísimo) de por ahí. Por 35 varos, dos chelas...El Pichi se preparaba para su momento estelar. La música nefasta y el lugar vacío, estábamos altamente decepcionados de Gto, y que vemos unas señoras ahí y nos decepcionamos aún mas.
Para un completo sobrio como Pichi, no fué una decepción. Llevando como 1.5 cervezas y, ya diciendo estupideces, que azota la botella bajo el fondo musical de unas cumbias * y dice:
-"¡Voy a bailar!"
Nos aterrorizamos!, solo había una mesa en la que podía conseguir pareja, (si, la mesa de las doñas). Se levanta, toma vuelo, y le pide a una señora de
ninguna manera atractiva que bailara con él. Los demás no sabíamos si reír o llorar, pero nos
cagamos de la risa a decir verdad. Desconocemos si estaba conciente de lo que estaba haciendo, ya ven que esa lawaloca es peligrosa... Bailó como dos rolas y se volvió a sentar, nos reímos aún mas. Argumentó que sólo quería bailar y le valía con quién, pero chale, vaya "
quién". Debo reconocerle que no escogió a la más más fea, porque definitivamente si había unas
MUCHO más doñas. Que Eloy tampoco se haga, que también se quería integrar a la dinamíca de las doñas, pero al verle los pies, las doñas salieron horrorizadas del lugar. Je. Saliendo, Eloy fue al cajero y le dimos un susto que casi mancha sus calzoncitos, casi llora del susto con el pseudo-asalto jajaja; despues fuimos a unos tacos que estaban a la vuelta, donde oímos la célebre frase:
"Nunca me había puesto sobrio en mi vida..." (Ricardo Pozas Díaz)
Al día siguiente fuimos a uno de eso tours para conocerlo obligado de Gto. ¿Qué más podíamos hacer en la mañana? Llegó un camión asi bien gacho y nomás por 70 varos no llevaban...Lo que no nos dijo era que ni las entradas a todos esos lugares ni las propinas estaban incluidas, acababas gastando el doble! Que no me venga! Que la mina, la casa de espantos, un museo de tortura, el Pípila, una tienda de postres (donde alguien dijo: "Ahí estan los tarugos". Señalando unos dulces que tenía atrás. La gente se burló despiadadamente de mí. ) y de retache al centro. Le dijimos al chofi si nos llevaba al hotel que estaba hasta la...
lejos, y así de puro buen cuate sí nos llevó. Fuimos la envidia de Guanajuato, en medio de un aguacero, un camión con sólo 4 monitos adentro, recibiendo miradas de envidia y pedidas de aventones...
Ese día tragamos un buen. 945 varos de cuenta, nunca había tragado tanto así a lo
wey, digo; los vales de intercambio se vencían al día siguiente, y había aún miles de pesos de sobra... :D
Regresamos al centro (caminando como 4o min, se nos acabo el varo!), pero no había nada muy interesante. Estando sentados como un cuarteto de inútiles, llegó una chava de un barecillo de nombre el Capitolio a ofrcernos una cubeta por 100 varos, con billar y si le corríamos, hasta entrábamos al antro de a lado! La decisión era de comprar la cubeta o regrsarnos en taxi a las 3am. Mmmmm...
Ya fuimos al antro, sí aún no me gustan, pero era lo mejor que hacer. El funky me quería conseguir unas gringas, pero no había, ni modo. Una vieja bien borracha se le insinuó al funky de manera muy simpática, y nos quedamos platicando con las amigas mientras el funky, ¿Dónde estaba el funky? Nada chido ahí en el capitolio, así que con un poco de aguite, salimos. Doblamos la esquina, y salieron 3 chicas con acento norteño preguntando por El Conde. (Sí! Ese lugar donde Pichi hizo de las suyas!) Les dijimos que íbamos para allá. A veces uno en la vida va a un lugar y no conoce a nadie y a veces va a otro y encuentra un lugar lleno de estudiantes (mujeres) de la escuela normal de Hermosillo. Un rato agradable por ahí, donde Pichi se
desquitó, ya que impredeciblemente, sacó a bailar una chica muy guapa a decir verdad. Conocimos por ahí a unas chavas buena onda, hasta que nos corrieron los maestros. Emprendimos el viaje a las 3:30 am de regreso,
a pata.
El día siguiente fué para el regreso a la 1 pm, nada interesante en la mañana.
*Lo que no entendíamos, era porqué había unas cumbias seguidas de acá puro punchis, que lugar tan bizarro...
